Infierno. El pecador empedernido no te alabará (San Agustín) y mucho menos los condenados, que están confirmados en el mal. (Berthier) --- Incluso aquellos que están en "la tumba", aunque justos, no pueden pronunciar tus alabanzas; y en consecuencia, si me cortan, el número de adoradores disminuirá. Este motivo se insiste a menudo, como si Dios hubiera sido olvidado en el resto del mundo, Salmo XXIX. 10., e Isaías xxxviii.

18. (Calmet) --- Esta vida es el momento del arrepentimiento. Después de la muerte no hay conversión, sino blasfemias eternas en el infierno. Me esforzaré por prevenir esta miseria, continuando haciendo penitencia, hasta que sea regado con tu gracia. (Worthington)

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