Y la fama de David, como consecuencia de estas victorias, se difundió por todos los países; y el Señor trajo su temor sobre todas las naciones. Cristo, el Hijo de David, es el Rey de la Sión del Nuevo Testamento, y todos los reyes y pueblos que rehúsan reconocerlo como su Rey no tendrán éxito. El Señor bendice y fortalece el reino y el gobierno de Cristo en la tierra.

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