Y será que beberás del arroyo; y he mandado a los cuervos que te alimenten allí, que serían los mensajeros de Dios en el suministro de alimento al profeta. Si bien la vida de Elías iba a ser sostenida de esta manera milagrosa, no solo debía ser excluido de toda relación con hombres, que podrían haber traicionado su escondite al rey, sino que también debía fortalecerse en su confianza en el omnipotente poder de Jehová, en cuyo servicio estaba comprometido.

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