Cuando te marches de mí hoy, encontrarás a dos hombres junto al sepulcro de Raquel, entre Betel y Belén, Génesis 35, en el límite de Benjamín en Zelza; y te dirán: Las asnas que fuiste a buscar han sido halladas; y he aquí que tu padre ha dejado el cuidado de los asnos, ha dejado a un lado todo lo que se habla de los animales perdidos, y se lamenta por ti, angustiado por el temor de que alguna desgracia los haya golpeado, diciendo: ¿Qué haré por mi hijo? Así, Saulo no sólo se libraría de su ansiedad por los asnos, sino que sus pensamientos debían estar enteramente consagrados al gran honor que le había conferido el Señor.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad