Pero si todavía hacéis el mal, a pesar de todas las amonestaciones de Samuel, seréis consumidos, tanto vosotros como vuestro rey, porque el Señor en las alturas es Rey de reyes y Señor de señores. Si los cristianos en todo momento mantienen ante sus ojos las grandes obras de Dios para su salvación, les resultará fácil permanecer mansos y humildes al seguir los mandamientos del Señor en Su poder.

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