Pero la gente de la tierra mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, por haber interferido con el oficio del rey y haber puesto en peligro el bienestar del país con su asesinato; y el pueblo de la tierra hizo rey en su lugar a Josías, su hijo. Los asesinatos y los linchamientos son estrictamente contra la voluntad del Señor, que se opone a toda forma de anarquía y a toda tendencia en esa dirección.

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