Y así, en el transcurso de los años siguientes, hizo en las ciudades de Manasés y Efraín, la parte central de lo que había sido el reino del norte, y Simeón, las ciudades al sur de Judá, hasta Neftalí, lo que era más tarde conocida como la Alta Galilea, con sus azadones alrededor, o más bien, en sus ruinas alrededor, en sus suburbios desiertos, porque los reyes asirios Salmanasar y Sargón habían devastado su territorio, y el pueblo que permaneció en las montañas del norte se volvió a Judá y esperaba que los reyes del reino del sur los protegieran en la medida de lo posible.

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