El Señor ha vuelto sobre ti, como justa recompensa, toda la sangre de la casa de Saúl, en cuyo lugar has reinado, lo que implica que esto fue hecho en contra del derecho y la justicia; y el Señor entregó el reino en manos de Absalón, tu hijo, como justo castigo por las fechorías del pasado; y he aquí, estás preso en tu maldad, literalmente, "He aquí tu maldad", porque eres un hombre sanguinario, un hombre de sangre eres tú, que te regocijas en los asesinatos. Esta vil charla fue aún más reprobable desde que Simei usó el nombre del Señor y atribuyó la situación actual a Jehová.

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