Y David se levantó y fue con todo el pueblo que estaba con él, de Baale de Judá, a Quiriat-baal o Quiriat-jearim, para traer de allí el arca de Dios, que había estado en la casa de Abinadab unos setenta años, desde el tiempo que los filisteos habían devuelto este trofeo, 1 Samuel 7, cuyo nombre es llamado por el nombre del Señor de los ejércitos que habita entre los querubines; porque en el arca, delante del arca, se invocaba el nombre de Jehová de los ejércitos, que apareció sobre la cubierta del arca, entre los querubines en el propiciatorio.

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