Hay ciertos judíos a quienes has puesto sobre los asuntos de la provincia de Babilonia, quienes, por lo tanto, como los acusadores insinúan, estaban bajo obligaciones especiales para con el rey como su benefactor, Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos hombres, oh rey, cuya influencia y ejemplo fueron de gran importancia, no te han mirado, ni han prestado atención a sus mandatos; no sirven a tus dioses ni adoran la imagen de oro que tú has erigido.

Lo que hizo que el comportamiento de estos caldeos fuera tan particularmente odioso en este momento fue el hecho de que utilizaron este único caso de desobediencia a la orden del rey por parte de los funcionarios judíos como una ocasión para destituirlos de sus cargos, que, en otras palabras La envidia fue el único motivo que les llevó a tomar tales medidas en este momento. "La mención de su exaltado rango oficial fue diseñada para enfatizar el rasgo peligroso relacionado con la desobediencia de tales hombres a la orden real y también para dirigir la atención a la negrura de su ingratitud hacia su benefactor real".

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