Ahora, por tanto, oh Dios nuestro, escucha la oración de tu siervo y sus súplicas y haz que tu rostro resplandezca, con amor misericordioso, sobre tu santuario que está desolado, porque el hecho de que el templo estaba en ruinas era el principal terreno para La oración de Daniel, por amor al Señor, por la gloria de la restauración, sería entonces del Señor.

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