Dije en mi corazón acerca del estado de los hijos de los hombres, la humanidad caída en general, para que Dios pudiera manifestarlos, es decir, zarandearlos, probarlos, probarlos, y que pudieran ver que ellos mismos son bestias, en cuanto a su La vida física y su fin se refiere, están al mismo nivel que los brutos, siendo esa la maldición de la vanidad, el resultado del pecado.

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