Escribe también para los judíos como mejor te parezca, como mejor les parezca en las circunstancias, en el nombre del rey y séllelo con el anillo del rey, que tenía un sello; porque la escritura que está escrita en el nombre del rey y sellada con el anillo del rey, nadie la puede revertir. Parece, entonces, que el rey no pudo revocar o recordar directamente el decreto que había sido emitido; pero podría hacer que se emitiera un segundo decreto, que tendría el efecto de anular las disposiciones del enviado a sugerencia de Amán.

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