Y clamó al Señor pidiendo consejo y ayuda; y el Señor le mostró un árbol, le indicó un poco de madera, que cuando lo hubo echado en las aguas, las aguas se volvieron dulces, tan apetecibles y saludables como la mejor agua de beber. De esta manera, el Señor pasó por alto la debilidad de sus hijos y los ayudó. Allí (Dios) les hizo un estatuto y una ordenanza, y allí los probó,

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