quemar por quemar, herida por herida, raya por raya. Esa era la ley de la represalia, ya que podía ser invocada por quienes buscaban una indemnización por las lesiones: la mujer herida podía exigir una expiación de acuerdo con el grado de su daño. Esa era la ordenanza en lo que respecta a los israelitas libres.

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