Y Moisés fue y volvió a Jetro, su suegro, y le dijo: Te ruego que me dejes ir y vuelva a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. La fidelidad, el sentido del deber en Moisés no le habría permitido dejar los rebaños en el desierto e ir a Egipto sin despedirse, ni siquiera por un corto tiempo. Le dijo a Jethro toda la verdad que este último necesitaba saber en ese momento, porque difícilmente habría encontrado una comprensión completa de su objeto y de la revelación divina en el hogar de sus parientes por matrimonio. Y Jetro dijo a Moisés: Vete en paz.

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