Y endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré mis señales y prodigios en la tierra de Egipto. Debido a que Faraón endurecería su corazón en primer lugar, el Señor tenía la intención de castigarlo dejándolo en este pecado de obstinación. De esta manera, la gloria del Señor aumentaría con los muchos milagros que se realizarían ante el faraón.

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