Y la semejanza del firmamento sobre las cabezas de la criatura viviente era como el color del terrible cristal, literalmente, "una semejanza sobre la cabeza de la criatura viviente, semejante a la apariencia de cristal de los temibles", extendida sobre sus cabezas arriba. La claridad y la pureza deslumbrantes del cristal reluciente hicieron que el espectador se sintiera asombrado, como por el reflejo del esplendor del Creador.

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