Sin embargo, he aquí, en él quedará un remanente, una porción escapada, que serán engendrados, hijos e hijas, a quienes la misericordia del Señor perdonará en la destrucción general, aunque el castigo del exilio los golpee; he aquí, vendrán a vosotros, es decir, los desterrados de Judea en Quebar, y veréis sus caminos y sus obras, obteniendo así el conocimiento de que la corrupción de esta magnitud merecía plenamente tal destrucción; y seréis consolados por el mal que he traído sobre Jerusalén, conociendo la justicia de los castigos del Señor, aun en cuanto a todo lo que he traído sobre ella.

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