para que te acuerdes y te avergüences, y no abras nunca más la boca a causa de tu vergüenza, jactando todo por parte del hombre, siendo excluido por la obvia liberación por gracia solamente, cuando me tranquilice contigo por todo lo que has hecho, dice el Señor Dios. Así, la gracia de Dios que ha perdonado tantos y tan grandes pecados es el gran tema de la predicación del Evangelio en todo momento. Nada conduce tanto al amor y la humildad como el sentido de las riquezas de la gracia perdonadora de Dios.

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