Sin embargo, decís, de acuerdo con el antiguo proverbio falso que había estado en circulación: ¿Por qué? ¿No lleva el hijo la iniquidad del padre? Es decir, ¿no sería eso lo correcto y lo justo? La respuesta de Dios es: Cuando el hijo haya hecho lo que es lícito y recto, y haya guardado todos mis estatutos y los haya cumplido, ciertamente vivirá. Sobre la base de todos los argumentos ofrecidos hasta ahora, el Señor ahora declara Su conclusión.

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