Porque son niños insolentes, de rostro duro, desprovistos de toda vergüenza y de corazón rígido, sin la menor inclinación al arrepentimiento. Te envío a ellos, a pesar de esta condición de su entendimiento y de su corazón; y les dirás: Así ha dicho el Señor Dios, Jehová, el Dios del pacto, quien aquí delegó y comisionó a Ezequiel para que fuera su representante personal, dándole las mismas palabras del mensaje al pueblo rebelde.

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