Pero subió una neblina de la tierra y regó toda la superficie del suelo. Esta es la manera en que Dios proveyó humedad para la vegetación de la tierra en ese momento, no por medio de la lluvia, sino por una densa niebla, que surgió de la tierra y empapó toda la superficie del suelo. Habiendo descrito la tierra como el hogar del hombre y como el lugar de sus trabajos posteriores, el autor relata la creación del hombre mismo.

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