Pero a Sara le dijo: He aquí, le he dado a tu hermano mil piezas de plata; he aquí, él es para ti una cubierta de ojos para todos los que están contigo y con todos los demás. Así fue reprendida. Los bienes que Abimelec le había dado a Abraham se estimaron en esta suma. Ahora Sara debía saber que esto (o él) era para ella una cubierta de ojos y para toda su casa y para todos los hombres; es decir, según algunas explicaciones, debía considerar los dones como regalos de expiación, también con respecto a aquellas personas a cuyos ojos podría verse cubierta de deshonra.

O, si la referencia es a Abraham, significa que él había cegado intencionalmente los ojos de Abimelec y todo su pueblo en esta transacción, y que ahora se le debe recordar a Sara, a través de este presente, que nunca más esté de acuerdo con tal subterfugio. De esa manera ella quedó reprendida.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad