que llamó a los hombres de su casa y les habló, diciendo: Miren, nos ha traído un hebreo para burlarse de nosotros. La lujuria de la esposa de Potifar se transformó en odio. Como no logró hacer su voluntad, decidió vengarse. Aunque su ataque a José había tenido lugar en una parte de la casa que estaba abierta a todos, y no en la intimidad de su propia habitación, el hecho de que tuviera la prenda exterior de José en la mano debe servir como acusación contra él.

Pues con bien simulado desdén se refiere a su esposo por haber traído a este hebreo, a este paria de una nación nómada, con el propósito de ejercer una burla desenfrenada, no solo contra ella, sino contra la virtud de todas las mujeres de la casa. Ella acusa a José de comportarse de una manera que de hecho hubiera sido legítima en el caso de un esposo hacia su esposa, Génesis 26:8 , pero que no fue más que una pretendida seducción en su caso. Vino a mí para acostarse conmigo, y lloré a gran voz;

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