Y el capitán de la guardia los encargó a José, y él los sirvió; y continuaron una temporada en la sala. Dado que los prisioneros eran hombres distinguidos, Potifar personalmente hizo los arreglos para su seguridad y comodidad, y una vez más mostró favor a José entregándolos a su cargo especial y convirtiéndolo en su asistente.

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