Tú eres más limpio de ojos para contemplar el mal, demasiado puro para soportarlo y no puedes contemplar la iniquidad, la maldad y la angustia que los hombres infligen a otros; Por tanto, miras a los traidores, a los violentos conquistadores de Babilonia, y callas cuando el impío devora al hombre más justo que él, porque los hijos de Dios en medio de Israel les dieron una posición moral más elevada que la que los caldeos poseían,

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