Sus caballos también son más ligeros que los leopardos, de modo que sus ataques pueden hacerse con la mayor velocidad, y son más feroces que los lobos vespertinos, cuando el hambre los hace hambrientos; y sus jinetes se desplegarán, corriendo con un ruido espantoso, y sus jinetes vendrán de lejos, del remoto país de Babilonia; volarán como el águila que se apresura a comer, y se abalanza sobre su comida para devorarla.

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