Así habla el Señor de los ejércitos, el profeta empleando esta fórmula para resaltar la importancia de su mensaje, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado el tiempo, el tiempo en que se edificará la casa del Señor, siendo esa la excusa débil con lo que el pueblo trataba de tapar su indiferencia, pues había llegado a una etapa en la que estaban dispuestos a dejar que las cosas siguieran su curso, dejar que se fueran a la deriva.

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