En aquel día, cuando el juicio golpee también esta casa, dice el Señor de los ejércitos, el clavo que está asegurado en el lugar seguro, este mismo Eliaquim, será quitado, será cortado y caerá; y la carga que estaba sobre él, toda la relación, será cortada, perdiendo rango y todas sus ventajas; porque el Señor lo ha dicho, en una amonestación que tenía la intención de advertir a Eliaquim, para que no permitiera que tales condiciones se introdujeran sigilosamente y, por lo tanto, le acarrearan el desastre tanto a él como a sus parientes. El Señor en todo tiempo resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes.

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