Allí el gran búho, más bien la serpiente flecha, hará su nido y se acostará, eclosionará y se reunirá bajo su sombra, acariciando a sus crías a la sombra de las ruinas; allí también se juntarán los buitres, cada uno con su compañera. En resumen, todos los animales del desierto, cuya apariencia desgreñada durante el día y cuyos gritos melancólicos durante la noche los convertían en objetos que inspiraban miedo y superstición, serían encontrados en los desolados yermos de las antiguas y ricas ciudades idumeas. Además, las personas que luego compararían la profecía y el cumplimiento encontrarían que están de acuerdo más exactamente.

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