He aquí, por la paz tuve gran amargura, es decir, para la liberación fue amargura para mí, amargura, lo que él consideró la amarga angustia de la muerte hace que su liberación se destaque con más brillo; pero Tú, con amor, la has librado de mi alma del pozo de la corrupción, porque has echado todos mis pecados a tus espaldas, siendo este perdón de pecados la razón por la que Dios liberó al rey con gracia y fue la base para su acto de misericordia.

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