He aquí, vosotros sois de nada, y vuestra obra de nada; abominación es el que os escoge, tal es la conclusión a la que uno está obligado a llegar de las premisas presentadas: el idólatra como su ídolo bajo la condenación del Señor. Por lo tanto, de manera más prominente y enfática, Jehová se destaca como el Dios de la historia y de la profecía, quien dirige los asuntos del mundo entero de acuerdo con Su voluntad divina.

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