Yo, yo mismo, soy el que borro tus transgresiones por causa de mí mismo, por un acto de su infinita misericordia, para que su nombre no sea blasfemado entre los paganos, y no recuerde tus pecados, siendo esta la esencia de perdón, que remite la falta específica de fe, así como la desviación general del camino de su santa voluntad.

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