que frustra las señales de los mentirosos, de los habladores vanidosos, especialmente de los nigromantes, y enloquece a los adivinos, de modo que parecen tontos con sus falsas profecías; que hace retroceder a los sabios, de modo que quedan relegados a un segundo plano, y enloquece su conocimiento, exhibiendo su ignorancia ante el mundo entero;

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