Ciertamente, se dirá, a saber, los que se vuelven al Señor en verdadero arrepentimiento y fe, en el Señor tengo justicia y fuerza, la salvación del pacto, la redención mesiánica, la fuerza del Espíritu Santo. Incluso a Él vendrán los hombres, y todos los que se enfurecen contra Él serán avergonzados, es decir, los que rehúsen aceptarlo con fe estarán obligados a reconocerlo como su Juez; los que no crean serán condenados.

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