Sí, no escuchaste; sí, no lo sabías; sí, desde ese momento en que tu oído no fue abierto, sus oídos estaban tan poco abiertos ahora como siempre, su dureza de corazón continuaba tan mal como siempre; porque sabía que harías con mucha traición, lleno de perfidia e iniquidad, y que desde el vientre te llamaron transgresor, aludiendo a la estrategia de Jacob, de la cual incluso Esaú se quejó, Génesis 27. Los descendientes de Jacob habían heredado el malas cualidades de su antepasado sin asumir aquellos atributos que hicieron de Jacob el siervo de Dios.

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