Por amor de mi nombre aplazaré mi enojo, no permitiendo que el juicio de la ira descienda sobre el pueblo apóstata, y por mi alabanza, a causa de su celo por su propia honra, me refrenaré por ti, para no cortarte. Debido a Su promesa y pacto, Jehová no exterminó al pueblo desobediente en ese momento, pero les dio otra oportunidad de arrepentimiento.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad