Yo he puesto centinelas sobre tus muros, oh Jerusalén, profetas y maestros que habrían de estar al acecho de los enemigos, no sea que caiga sobre Su rebaño, que nunca callará ni de día ni de noche, comprometido continuamente en promover la glorificación de Dios. Sión; los que mencionáis al Señor, los habitantes de Sion, incluidos los hijos de extraños que se habían unido a ellos, no guardéis silencio. Todos aquellos que confiesan su fe en el Señor, maestros y oyentes, no deben darse a sí mismos y al Señor ningún descanso hasta que se logre su glorificación, como continúa el texto:

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