Porque como un joven se casa con una virgen, así tus Hijos se casarán contigo, la tierra será devuelta a la posesión de los hijos de Sion, la Iglesia volverá a ser suya; y como el esposo se regocija por la esposa con un deleite casto y exaltado, así tu Dios se regocijará por ti, pues se deleita en glorificar a su Iglesia, en entrar en la comunión más íntima con ella. Habiendo declarado así Su relación con Su Sión, el Señor ahora insta a los centinelas de Su Iglesia a insistir en que Él cumpla Su promesa.

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