En el mismo día, el Señor se afeitará con una navaja alquilada, por medio de un ejército que puso a su servicio, para cumplir su voluntad, es decir, por ellos al otro lado del río, por el rey de Asiria, la cabeza y el pelo de los pies; y también consumirá la barba, la tierra será despoblada y todo el cuerpo de la nación destruido por el poder pagano convocado por el Señor.

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