¡A la Ley y al testimonio! Vuélvase a la Palabra y solo a las promesas del Señor; confiar en Su Evangelio, en la gloriosa seguridad de la salvación contenida en él; ¡Hagan de la clara exposición de Su Palabra la única guía de sus vidas! Si ellos, la mayoría incrédulos, no hablan conforme a esta palabra, si no se unen a este llamado e invitación ni hacen caso de su llamado, es porque no hay luz en ellos, no les surgirá la aurora de la salvación. El que aparta, ignora, rechaza, la Palabra de Dios se destruye a sí mismo, no tiene esperanza por el tiempo y la eternidad.

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