Y vi, cuando por todas las causas por las cuales el rebelde Israel cometió adulterio, yo la había repudiado y le había dado una carta de divorcio, un escrito de despido, es decir, en el momento en que el reino del norte fue llevado al cautiverio asirio; sin embargo, su traicionera hermana Judá no temió, no se llenó de un respeto sano por el castigo del Señor, sino que fue y se prostituyó también, también fue entregada a la idolatría.

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