Toma grandes piedras en tu mano y escóndelas en el barro en el horno de ladrillos que está a la entrada de la casa de Faraón en Tafnes, a la vista de los hombres de Judá, para que él tenga testigos confiables de su acto. El palacio del faraón incluía no solo los edificios propiamente dichos, sino también todo su recinto, que generalmente estaba rodeado por un muro alto. Frente a la entrada de este recinto se hacían los ladrillos para el edificio o para la reparación del palacio real, y era en la arcilla de este horno donde se iban a esconder las piedras que llevaba Jeremías.

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