en que me provoquéis a ira con las obras de vuestras manos, quemando incienso a dioses ajenos en la tierra de Egipto, adonde habéis ido a morar, sin haber aprovechado nada del ejemplo de la destrucción de Jerusalén, para que os cortéis a vosotros mismos, y para que seáis maldición y oprobio entre todas las naciones de la tierra?

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad