Nabucodonosor, rey de Babilonia, me devoró, me aplastó, me dejó en vasija vacía, arrojándome como plato inútil, me tragó como dragón, como monstruo del abismo, me llenó. su vientre con mis manjares, con todos los mejores manjares, me ha echado fuera. La acumulación de expresiones similares resalta la grandeza de la ruina que había sobrevenido a Judá.

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