Por tanto, estoy lleno del furor del Señor, de modo que su abundancia debe expresarse como un arroyo que desborda sus riberas; Estoy cansado de contenerme, la moderación ya no era una virtud; Lo derramaré sobre los niños del exterior, los que juegan en las calles y los callejones, y sobre la asamblea de jóvenes juntos; porque aun el marido con la mujer será tomado, el anciano, el que recién está envejeciendo, con el que está lleno de días. Así, la sentencia del Señor afectaría a todas las clases de personas y a todas las edades sin excepción, y toda la nación quedaría incluida en el derramamiento de Su ira.

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