sin embargo, no me escucharon ni inclinaron su oído, sino que endurecieron su cuello, como buey terco bajo el yugo, Deuteronomio 31:27 ; lo hicieron peor que sus padres, las generaciones posteriores, particularmente las que ahora se dirigían, estaban mucho más alejadas del verdadero servicio de Jehová que la generación del Éxodo.

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