El viejo león, el que disfruta de la plenitud de la fuerza adulta, perece, deambula indefenso, por falta de presas, y los robustos cachorros de león se dispersan por el exterior, más bien, los cachorros de la leona. Se mencionan leones de todas las edades y de todas las condiciones de fuerza para representar la destrucción del pecador altivo con toda su casa. Elifaz saca ahora una conclusión que expresa con mucho cuidado.

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