Y sucederá en ese día, cuando se dispensen las bendiciones del período mesiánico, que las montañas derramarán vino nuevo, y las colinas fluirán leche, y todos los ríos de Judá, la mayoría de los cuales estaban secos. Excepto durante la temporada de lluvias, correrán aguas, y de la casa del Señor brotará una fuente que regará el valle de Sitim, que de otra manera sería un desierto árido.

La descripción muestra acertadamente el poder del mensaje del Evangelio que sale de la Iglesia de Cristo y trae fertilidad incluso a los lugares infructuosos de la tierra, a los corazones de los incrédulos y de los impíos en todas partes.

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